Introducción
La intensa fuerza nuclear mantiene unidos a protones y neutrones en el núcleo atómico superando la fuerza de repulsión de Coulomb, llamada así por Charles Augustin Coulomb (1736-1806), un físico francés cuya mayor aportación fue en el campo del magnetismo y la electricidad. Sin embargo, cuando la fuerza nuclear no es suficiente, los núcleos de los átomos se vuelven inestables y emiten partículas o fotones convirtiéndose en radiactivos.

Definición
La radiación se define como la propiedad de algunos materiales de emitir rayos muy penetrantes. Está integrada por partículas alfa, partículas beta y rayos gamma.
Partículas alfa
Las partículas alfa [] son núcleos de átomo de helio. Constan de dos protones y dos neutrones [
], tienen una carga de +2 y una masa de 4.001506 uma. Alcanzan velocidades de alrededor de 0.1 la velocidad de la luz y provocan una mayor ionización, aunque su poder de penetración es menor, ya que pueden detenerse incluso con papel. Cuando se encuentran dentro del cuerpo humano son las más destructivas, pero si la fuente está en el exterior son las menos peligrosas. Estas emisiones son comunes en elementos como uranio y plutonio.
Partículas beta
Las partículas beta [] tienen carga negativa. Son electrones que se emiten a velocidades cercanas a 0.9 la de la luz. Dañan los tejidos superficiales de la piel y ojos, peron no llegan a los órganos internos, debido a que su poder de ionización es moderado. Para deternerlas es necesaria una lámina delgada como aluminio. Dentro del cuerpo humano son menos destructivas que las partículas alfa. Conocer las propiedades de las partículas alfa y beta permite seleccionar sustancias radiactivas en el campo de la medicina que generen la menor emisión posible.
Partículas gamma
Los rayos gamma [] son ondas electromagnéticas de alta energía, análoga a la luz pero de una frecuencia mucho mayor. Estos rayos no tienen carga y provocan menor ionización de la materia. En cambio, causan los daños más graves al atravesar al cuerpo humano, porque tienen un gran poder de penetración. Para detenerlos hace falta varios centrímetros de concreto o bloques de plomo. El daño provocado es acumulativo: dosis pequeñas durante periodos largos son tan peligrosas como dosis de radiación elevada en periodos cortos. Pero usándolos de manera adecuada, se aprovechan sus beneficios en hospitales para irradiar tumores canceros, por ejemplo, con emisiones de cobalto 60.


